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aleejimenez42

4 lecciones que podemos aprender de Cantinflas para ser más felices


Mario Moreno es fácilmente el comediante y actor de más renombre de la época dorada del cine mexicano. Sus películas nos presentan a Cantinflas, un personaje dotado de un gran sentido del humor que deja entrever una gran inteligencia emocional.


Este actor, más allá de llenar sus cuentas bancarias con sus incontables éxitos en el cine y teatro, vivía superándose a sí mismo con cada proyecto personal y profesional. Ser feliz y hacer a los demás felices era su meta, por eso lo hemos elegido para que sea parte de nuestro #Salóndelafama


Aquí en TelAyuda, te traemos 4 lecciones que hemos aprendido de Mario Moreno ‘‘Cantinflas’’ para ser más felices:


1. Varios trabajos lo llevaron a descubrir su pasión

Mario nace en el seno de una familia muy humilde y para poder apoyar a sus padres con los gastos del hogar decide emprender una variedad de oficios. No había labor en la que Mario no hubiese intentado ganarse dinero extra, así que con la mejor actitud empieza a trabajar como taxista, boxeador, bailarín, y zapatero.


Toda esta exploración de oficios lo lleva a conocer su verdadera pasión: hacer reír a los demás a través del teatro. Moreno descubre que, para llegar a la meta propuesta, hay que intentar. Y mucho. Sus sabias palabras lo reflejarían más adelante: ‘‘Lo difícil lo hago de inmediato, lo imposible tardo un poquito más’’.


2. Algunas de sus películas fracasaron, pero siguió intentando


Cualquiera creería que Moreno siempre fue un comediante exitoso, no obstante, esto no puede estar más lejos de la realidad. Al comediante le costó mucho tiempo probar su material con el público y tras refinar una y otra vez al personaje de Cantinflas, logró obtener el resultado final: un muchacho con camiseta larga, frases enredadas y sentido de humor único.


La verdadera clave de su éxito se basó en la constancia y en creer en sí mismo. Como consecuencia, Cantinflas gana un Globo de Oro como mejor actor por la película La vuelta al mundo en ochenta días en 1956.


3. Su sentido de humor lo ayudó a afrontar momentos difíciles



Cantinflas pierde a su amada esposa Valentina cuando ella apenas contaba con 50 años debido a un terrible cáncer de huesos. A pesar de que Moreno decide no casarse nuevamente, sigue enfocándose en hacer reír al público como terapia para afrontar su dolor.


4. Admiraba a otros comediantes de la época


La admiración es una de las emociones más virtuosas que puede sentir el ser humano. A Moreno le encantaba incluso que lo compararan con el legendario comediante británico Charles Chaplin, ya que este era una de sus mayores fuentes de inspiración. Mario no sufría de complejos y casi llora de alegría cuando se entera de que Chaplin lo veía muy de cerca y que disfrutaba de sus actuaciones. La admiración era mutua.


Admirar es una emoción pura. Nos llena de felicidad tener a una persona que alabamos por su forma de ser, ya sea a nivel profesional o personal. Es lo opuesto a la envidia, el egoísmo, y el egocentrismo. Las personas felices admiran y se sienten a gusto cuando ven que otros triunfan y eso los ayuda a crecer mucho más en espíritu.


Déjanos saber qué otro personaje quieres nominar a nuestro #Salóndelafama


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